Poco a poco el montruo sigue creciendo. No te das cuenta, pero un pensamiento, un instante, una mirada...
Esa mirada que estas buscando pero todavía no has encontrado, y detrás un alma, un concepto. Y la curiosidad acechando en su pasar despreocupado.
Esa mirada perversa hasta aplastarte, y convertirte en un ser tan pequeño como una cascara de pipa, que con la primera brisa se pierde en el infinito.
Esa mirada tan perfecta que en tan solo un paso se vuelve monstruosa y despiadada. Y te arranca el corazón sin un solo atisbo de compasión.
Una mirada capaz de devolverte la ilusión.
Háblale de mi a otro como yo
-
¡Ey! supongo estarás bien, por aquí todo igual.
Aunque no te importe, cada vez me olvido más de ti,
canté con Milanés, grabé un disco en Madrid.
Ya no te ve...
Hace 7 años
2 comentarios:
Se te echaba de menos en este mar de naúfragos. Sin duda, tus palabras servirán de salvavidas, para muchos de nosotros.
Gracias por volver:)
Las miradas lo pueden todo. Sobre todo si son miradas que buscamos.
Beso.
Publicar un comentario