Y asi, sobreviviendo a los segundos perecederos que nos atraviesan como lanzas, sigo dando vueltas, un paso delante del otro y vuelta a empezar. Un volteo en la cama para recuperar la cordura, y el siguiente para volver al mismo sitio. Y finalmente caer rendido entre los brazos de la luna, vieja compañera de lamentos y borracheras...
Y de nuevo el día desplomandose sobre mi con sus hirientes rayos, y no habrá calma tras la tempestad pues la calma es una leyenda, una fabula fantastica sobre casas de chocolate y arboles de de caramelo; sólo nuevo un problema, y otro, y la musa gris como salvación...
Y asi otros heredaran la cordura que yo no tuve, y en un ciclo sin fin en el mundo solo habrá locos, colgados de lo que otros dicen ser cuerdas, tendidas entre extremos del infinito...
Háblale de mi a otro como yo
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¡Ey! supongo estarás bien, por aquí todo igual.
Aunque no te importe, cada vez me olvido más de ti,
canté con Milanés, grabé un disco en Madrid.
Ya no te ve...
Hace 7 años