Qué decir cuando no hay palabras que valgan la pena. Cuando sólo los sentimientos hablan en voz alta con las cuerdas vocales agarrotadas por el dolor.
Al principio no podía ni escribir. Casi no podía pensar, y si me apuras, ni respirar. Difícilmente manteniéndome a flote en un mar desierto.
Será que me cuesta asimilar. Será que mi mundo va más despacio que el del resto. Y hasta la más estúpida de las cosas me recuerda que otro tiempo fue distinto, y no me deja ver más allá.
Será que dentro de mí siento que estoy sólo a pesar de no estarlo. Será que me importaba demasiado.
Y no entiendo tantas cosas.
No entiendo que no pueda ver si ya no importa, y si importa, ¿porqué no quiere ver?
Ni cómo no escuchar sin recordar.
Me parece haber cambiado tan rápido que cuando he querido darme cuenta estaba dos pasos por detrás.
¿Y qué pasa si me fío de mis sentimientos y la razón se queda en segundo plano mirando desconfiada?
Nada.
Háblale de mi a otro como yo
-
¡Ey! supongo estarás bien, por aquí todo igual.
Aunque no te importe, cada vez me olvido más de ti,
canté con Milanés, grabé un disco en Madrid.
Ya no te ve...
Hace 7 años
0 comentarios:
Publicar un comentario